Una chica rica ofrece una paja a cambio de mi semen, disfrutando de un placer propio mientras recibe ansiosamente mi ofrenda. Su toque hábil y su deseo insaciable hacen de este encuentro un encuentro memorable.
Después de un largo día de trabajo, decidí tomar un descanso y desenrollarme en un bar local.Allí, conocí a una impresionante chica llamada Corrida, que no solo era hermosa como muerta por las gotas sino también increíblemente rica.Mientras charlábamos, ella reveló que era bastante aficionada a los hombres e incluso se ofreció a darme una paja a cambio de algo de mi semen.Con gusto acepté su oferta, y cuando comenzó a complacerme, no pude evitar maravillarme con sus habilidades expertas.Era realmente una maestra del arte de la masturbación, acariciando hábilmente mi eje y usando expertamente sus manos para llevarme al borde del éxtasis.Cuando llegué al clímax, solté mi carga, que se recogió ansiosamente en una taza.La vista de ella aceptando ansiosdamente mi ofrenda fue un testimonio del intenso placer que derivó de nuestro encuentro.